
Vivir en el Mediterráneo es sinónimo de calidad de vida. Vivir en una gran ciudad puede ser estresante y es uno de los principales por los que cada vez se muda mas la gente a la costa Mediterránea.
Uno de los principales motivos es el clima que se disfruta durante gran parte del año, pocos días nublados y muchos soleados, y ya sabemos lo bueno que es el sol para la vida.
El buen tiempo es sinónimo de bienestar.
Tener cerca el mar está comprobado que rebaja los niveles de estress mejorando toda nuestra salud y sobre todo la salud mental, esa tranquilidad y paz que se tiene al despertar mirando al mar no tiene precio.
Imagínate todo lo que puedes disfrutar si además puedes darte paseos por la orilla cuando te apetezca o sentarte sobre la arena a leer un libro cuando quieras desconectar. Incluso, si eres amante de los deportes acuáticos, también podrás practicarlos con una asiduidad que en la ciudad es prácticamente imposible. Además de sobra es conocido la dieta mediterránea llena de productos de primera calidad tanto de la tierra como del mar.